Del 31 de Agosto al 9 de Septiembre de 2014 un crucero desde Copenhague (Dinamarca) hasta Málaga en el Costa Fortuna.
Salimos de Málaga en AVE a Madrid y sin abandonar la estación de Atocha, dirección al pueblo de Barajas donde teníamos reservado el hotel. Un par de estaciones de metro y después un cercanías y en menos de una hora estábamos dejando las maletas en el hotel.
Después de un paseo cenamos en Al Traste Fun and Food, un restaurante muy acogedor y bien de precio que encontramos cerca del hotel.
Por la mañana a madrugar un poco pues había que estar temprano en el aeropuerto al que fuimos en un autobús que el hotel pone a disposición de los clientes. En el aeropuerto de momento localizamos al grupo de Costa Cruceros, con azafatas que nos recogieron la documentación y que tenían todo bien organizado. El sistema de Costa Cruceros es poner un vuelo chárter que sale desde Madrid a Copenhague (en este caso) para todos los cruceristas que llegan desde cualquier punto de España para realizar ese crucero.
El vuelo duró unas cuatro horas, menos mal que habíamos preparado unos bocatas porque en el avión no dan ni agua. A la llegada, sobre las dos de la tarde, nos esperaban en el aeropuerto con los autocares para desplazarnos al puerto, dónde después de un buen rato de espera para embarcar y dónde aprovechan para venderte todo tipo de paquetes de bebidas y opciones del barco. Por fin ya estábamos dentro y acomodados en el camarote y de ahí directos al restaurante.
Después a recorrer el barco para conocerlo. La decoración italiana es super recargada, tiene que pasar un buen tiempo para que tu vista se acostumbre, pero eso no quita para que las instalaciones sean estupendas.
El día del embarque y el siguiente fueron de navegación en dirección a Amsterdam, así de relax por el barco y la cubierta dando buena cuenta del paquete de bebidas con todo incluido que compramos para todo el crucero.
Como es costumbre en los cruceros te asignan hora y mesa para cada noche en la cena. Compartimos mesa cada día con unas maravillosas personas Vicente, Micaela y su hija Esther. Fue una compañía estupenda durante todo el crucero y en casi todas las ciudades que visitamos, así como en la copa que cada noche compartíamos después de cenar en la discoteca del barco o en algunos de sus bares de cocteles ambientados con música en directo.
El teatro y algunos de los espectáculos de cada noche.
El primer sitio que visitamos fue Amsterdam. Ya habíamos estado en esta ciudad un par de veces, la última en 2008 dónde pasamos cinco días, así que como conocíamos bien la ciudad no nos perdimos y nos cundió el día de escala que hicimos allí. Amsterdam tiene un ambiente especial, una ciudad algo distinta con todos sus canales, sus famosos coffeshop, el barrio rojo en el mismo centro y sus personajes, las bicicletas que usa todo el mundo, su arquitectura de edificios tan particulares y un largo etc. de cosas que la hacen una ciudad diferente.
Por la tarde antes de regresar al barco un paseo por el barrio Rojo que no hay que perderse.
Aquí una de las bonitas calles estrechas de Amsterdam
La siguiente ciudad en visitar fue Harwich en Inglaterra. Un bonito pueblo inglés pequeño y que representa bien su cultura, con casas de jardines muy cuidados y calles pequeñas con edificios victorianos de mas de dos siglos que mantienen a la perfección. Fue una mañana super agradable dónde por supuesto dimos cuenta de una buena cerveza en un pub auténtico inglés.
Las bien cuidadas casas inglesas por toda la ciudad.
Aquí Vicente y yo dispuestos a defender la ciudad.
Visitando el ayuntamiento dónde una señora a la puerta vestida de época nos invito a conocer.
El siguiente destino Le Havre en Francia. Esta es una ciudad que está en la costa normanda y que en la segunda guerra mundial quedó prácticamente destruida, se veía que sus calles y amplias avenidas eran relativamente nuevas.
Ya llevábamos decididos visitar otra ciudad cercana en la misma costa de normandía que habíamos leído en los foros dónde aconsejaban visitar, así que después un paseo por Le Havre directos a la estación de autobuses para ir a Honfleur, pasando por el impresionante puente de Normandia sobre el rio Sena.
La visita no nos decepcionó en absoluto, un pueblo relativamente pequeño con un puerto precioso y rodeado de las típicas casas normandas.
Por el puerto de Honfleur
Por las tipicas calles normandas
La siguiente escala era Vigo ya en España y tuvimos un dia completo de navegación. Algunas fotos de momentos y dias distintos en el barco.
Después de un día de navegación completo llegamos a Vigo. A las nueve de la mañana ya habiamos bajado del barco, los comercios aún cerrados y el cielo amenazando lluvia, solo los cruceristas andabamos por las calles del centro. Nos fuimos a Monte O Castro un parque en la parte alta con unas buenas vistas de las rias y que hicimos a pie y la verdad que nos costó llegar pero mereció la pena.
De ahi fuimos bajando hacia el centro y después al mercado de la Piedra donde hay muchas tiendas de copias de marcas pero no compramos nada. Pero quedaba lo mejor para mediodía, visitar las tipicas marisquerias y ostrerias, donde por supuesto dimos buena cuenta con una buena mariscada, ostras y buen vino albariño.
Antes de embarcar, un café y un gintonic en un soportal de los muchos que hay por la ciudad.
El siguiente puerto era Lisboa, dónde hace dos años ya habíamos hecho una escala en otro crucero. Pero la visita que nunca olvidaré fue en Mayo, el día 24 cuando el Real Madrid ganó la décima copa de Europa así que esta ciudad siempre tendrá un recuerdo imborrable para mi, por el triunfo y por lo bien que lo pasamos con Pedro Miguel y con Marta.
Pero este día también lo pasamos muy bien con Vicente, Micaela y Esther. Visitamos todo el centro y cogimos el tranvía para subir al barrio alto y pasear por esas calles tan empinadas y típicas. En una de sus iglesias del barrio alto encontramos un museo muy emotivo, dónde entregaban recién nacidos y a los padres le daban una mitad de algo (documento, reliquia, medalla, etc.) que al cabo de los años demostraban la paternidad de esos niños. Había en el museo expuestas las dos mitades de muchísimos así como fotos de reencuentros.
Junto al olivo donde fueron enterradas las cenizas de Jose Saramago
Saliendo del puerto de Lisboa
El último día de crucero en Cadiz. Visitar Cádiz siempre es un placer, los barrios de la tazita con su gente tan agradable es una inyección de alegría, el impresionante malecón, sus callejuelas, su infinidad de bares con su tapeo, el ambiente de la plaza de la Catedral etc etc.
Un detalle que no hay en ningún sitio es, que al salir del puerto reparten unos planos con unos trazados en colores diferentes, siguiendo éstos colores pintados por todas las calles te llevan por un recorrido por la ciudad para conocer bien todos sus rincones y monumentos.
Nosotros además, llegamos hasta el Barrio Las Viñas y La Caleta en el otro extremo, o sea que no nos perdimos un detalle de Cadiz.
La despedida del crucero tuvo una fiesta muy animada en la cubierta del barco donde dimos buena cuenta de los últimos cocteles y bailamos hasta la madrugada.
Pero antes habiamos celebrado al finalizar la cena, el cumpleaños de Esther. Vicente ya había preparado la fiesta sorpresa para ella y los camareros le trajeron una buena tarta y le cantaron junto con nosotros su «Happy birthday» .
Fue una despedida fabulosa y lo pasamos genial.